jueves, 18 de abril de 2013

Teoría, temor y tiempo


La espera valió la pena. No podía comenzar esta colaboración de otra forma ya que las palabras eran escasas para describir la gratitud que sentí al hojear el texto ¿Quién le teme a la teoría? Era un deseo– gritado desde algunas aulas –de los estudiosos de la literatura el que se creara un texto puertorriqueño que acercara a los lectores al muchas-veces-temido mar de la teoría.
La encomienda viene de la pluma de Lissette Rolón Collazo y de Beatriz Llenín Figueroa. La primera, veterana del Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, quien cuenta ya con un anaquel de publicaciones dentro y fuera de estas latitudes antillanas. La segunda, una antigua– con todo el respeto y que conste que me incluyo–colega de clases del Colegio que ha brillado en aulas nacionales y extranjeras por sus aportaciones a los estudios de género, estudios de violencia y otros temas en el área de la Literatura Comparada.
¿Quién le teme a la teoría? es un manual, su propio subtítulo lo describe como un Manual de iniciación en críticas literarias y culturales, lo que implica que la intención de este libro es que sirva como referencia, como taller, o como ayuda continua para el deseoso de aprender.
De primer golpe, vale señalar que el diseño y el contenido van dirigidos al profesor de escuela intermedia y superior que desea iniciar a sus educandos en las diversas escuelas críticas de literatura. Sin embargo, no me sorprendió conversar con algunos estudiantes de bachillerato y a nivel graduado que han adquirido el texto por recomendación de sus profesores e instructores.
La encomienda de las autoras es, sin lugar a dudas, titánica. Lograr sintetizar el corpus de cada una de las tendencias críticas en un texto de tan solo 288 páginas tiene que haber sido una de las tareas académicas más difíciles en sus vidas. No obstante, considero que el mayor escollo no fue ese– pensando, además, que para estas amantes de las letras el volver a leer a sus teóricos tiene que haber sido un ejercicio placentero –sino el de enfrentarse a un sistema educativo cuadriculado, que solo piensa en superar cada año el reto de las pruebas estandarizadas y que considera que la teoría es un vetusto concepto que no sirve para el motor social de las escuelas.
En esa línea, ese grandioso título ¿Quién le teme a la teoría? no solo hace referencia al individuo que le huye a los movimientos críticos sino al mismo sistema educativo– sus directores, maestros y demás colaboradores –que no salen del vicio de enseñar a interpretar los textos con un riguroso y dañino formalismo que aburre a los alumnos y repercute en un tipo de asco hacia las letras.
El texto abarca un conglomerado de temas que rayan desde el Marxismo y las Teorías Materialistas, el Feminismo, el Estructuralismo y los Estudios Culturales, solo por mencionar algunos. Su estructura es sencilla y entretenida, cada capítulo comienza con algunas frases de los teóricos literarios en una clara invitación a la meditación de sus palabras. A posteriori, cada capítulo cuenta con un acápite llamado “Situaciones” en donde se le expondrán al educando ciertas relaciones de hechos que asimilan la problemática del día a día en las escuelas y convida a que se analice y se desarrollen preguntas en torno a la controversia. Luego, el capítulo avanzará en la descripción de las posturas de las escuelas de pensamiento, sus grandes pensadores y la forma en que estas impactaron la academia, otras áreas de estudio y a la sociedad. Al final  de cada capítulo se ofrecen preguntas guías para aplicar la crítica a los textos que se estudian en clase. Además se ejemplifica cómo desarrollar un análisis literario a partir de lo aprendido y luego, a modo de colofón las autoras desarrollan actividades de exploración, conceptualización y aplicación de lo aprendido.
(Tomado de english.uoregon.edu)
Simplemente, no hay excusa. ¿Quién le teme a la teoría? está alineado y atemperado a los currículos del Departamento de Educación de P.R. y ofrece el 50% del trabajo ya completado, el resto depende de un maestro que le eche ganas y de una escuela dispuesta a darle una mirada distinta a sus programas de literatura. No obstante, este servidor hizo el experimento como profesor de español en una escuela privada y tengo que confesar que a los educandos les agradó el estudiar la literatura desde un punto de referencia diferente y un marco teórico que le ayudara a entender algunos temas en los textos asignados.
¿Quién le teme a la teoría? es un libro capaz de atrapar la atención de muchos. No solo está hermosamente construido– su arte, su portada, los gráficos al inicio de cada capítulo y su pegajoso título lo atestiguan –sino que su contenido es intrigante para aquellos que se acercan por vez primera a estos temas. Si algo hay que advertir, es que para poder hacer un buen uso del mismo hay que motivar a que los estudiantes para que lean, que se empapen de literatura para poder luego desarrollar los ejercicios de este manual. O sea, para atesorarlo hay que ver la teoría, perder el temor y sacar tiempo para leer.
Por lo demás, sinceramente no sé, es uno de esos momentos donde se hacen dos cosas: Uno se levanta lentamente y continúa aplaudiendo o uno puede quitarse el sombrero y darle gracias a la contribución de estas autoras. Lo demás es literatura.