martes, 25 de enero de 2011

Crítica de Libros: Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica



Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica
Abraham Magendzo, Editor.
Ediciones SM
371 páginas

Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica es un texto de pertinencia social, política y pedagógica en nuestro contexto caribeño. Esta obra centra la postura doctrinal que por años ha caracterizado a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, mejor conocida como la UNESCO.
La obra fue redactada por un ecléctico y nutrido grupo de ensayistas que varían en visiones de un conglomerado de países que abarca desde Argentina, México, España y el Caribe, entre otros. 14 ensayos componen el corpus de este texto, en ellos se analizan diversos paradigmas y retos de la educación en derechos humanos y para una cultura de paz.
El concepto de ideas-fuerza proviene del término acuñado por Alfred Fouillé con el cual, desde una perspectiva filosófica, estudia las ideas que motivan a la acción. Al pasar las páginas de esta publicación el lector comprenderá por qué la mayoría de las entidades e instituciones gubernamentales y cívico-políticas han fallado. Como señala el editor Abraham Magendzo, los regímenes han echado a un lado las posibilidades de educar a la ciudadanía sobre unos valores éticos y pedagógicos en miras a encontrar la gran transformación política que desde hace años venimos buscando. Como máximo común denominador, todos los autores apuntan a una transformación social a través de la educación en derechos humanos.
En este trabajo resaltan los escritos de José Tuvilla, de España, Rosa María Mujica, de Perú y las puertorriqueñas Anita Yudkin Suliveres y Anaida Pascual Morán, entre la rica variedad de trabajos informativos que se ofrece.
En el caso particular de nuestra Isla, Pascual y Yudkin elaboran un trabajo expositivo de primer orden en un escrito titulado Pensando el quehacer de la educación en derechos humanos y para una cultura de paz en Puerto Rico. En él, las profesoras del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico identifican 5 ideas-fuerza, a saber: (1) equidad y diversidad, (2) calidad de vida, (3) equidad intergeneracional, (4) autodeterminación y (5) cultura de paz y derechos humanos.
El trabajo de estas profesoras articula los conceptos de la educación para la paz y derechos humanos al contexto puertorriqueño, resaltando los programas de Zona Escolar Libre de Drogas y Armas, la Coalición Puertorriqueña contra la pena de muerte y los trabajos de la Comisión de Derechos Civiles del Colegio de Abogados de Puerto Rico. No obstante, las autoras reseñan que uno de los movimientos masivos que puso en marcha la praxis de las ideas-fuerza fue la lucha por la salida de la Marina de los Estados Unidos de la isla de Vieques.
Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica es un texto abarcador y multidisciplinario. En él encontrarán una vasta amalgama de experiencias acerca de los temas sociales de diferentes países de Iberoamérica. Se lo recomiendo a los inclinados a la temática política, social, jurídica y a aquellos que se han dedicado a apoyar los movimientos civiles de Puerto Rico. Pero muy en especial, se lo recomiendo a los maestros y educadores de todos los niveles de enseñanza, en estas páginas encontrarán un nuevo paradigma educativo y quizás la solución al problema curricular que por décadas a aquejado a Puerto Rico.
Amigos los espero en la próxima página de Crítica de Libros, les desea feliz 2011, su amigo NEVS.

martes, 18 de enero de 2011

Reflexiones para una apuesta a la periferia*


A veces para pensar hay que dejar a un lado ciertos estigmas que llevan etiquetas que oprimen y destruyen por ser posiciones centristas y confeccionadas desde los valores de la supremacía. El dominio- el control- es en cierta medida una ráfaga de aquello que Dussel con tanto verbo ha criticado: La devaluación del nosotros ante la posición del ellos, o sea, de los dominantes. Es así que comienzo esta añadidura a la novela, otra entrada más a las discusiones que han fomentado ESTE y otros espacios. Volvemos a repensar la Universidad, esta vez desde el marco de lo centrifugado.


El dominio caracteriza el discurso que se ha dado tanto por parte de la administración como por algunas personas que no pertenecen a la misma. Sigue el mismo patrón de diferenciación, la construcción de la otredad y el fomento al desvinculo. Estos discursos siembran una línea de pensamiento que busca a todo dar el separarse del problema universitario. El “no es conmigo”, “yo no me meto en eso” y el “allá ellos” figuran como la nueva apuesta de algunos en un momento en que el eclipse se vislumbra al darse los procesos de pago matrícula.

Esa corriente discursiva es fomentada por la mediatización de dicha postura atribuible sólo a la parte con poder (confieso que este absoluto es debatible). Anuncios en periódicos, televisión y radio acaparan el enero del 2011, acentuando de esa forma las ansias de “nuevo comienzo” que algunos auguran. Otros, terceros en la relación con la Universidad (y en su mayoría familiares) dan esperanza al hecho de que su estudiante está próximo a graduarse. Ya se sale de ese revolú, ya no formará parte del desorden. Así, lo que hemos enunciado propende a la creación de un ex alumno ajeno a los procesos, un remojo en el río al igual que Aquiles. La llamada “universidad de pasadita”, “fábrica de desempleados” etc., etc. y etc.

Aquí yace el nuevo terror, o sea el miedo al fracaso (que a la vez redunda en el miedo a asumir posturas políticas). El imperativo del dominante se combina con la imaginación a favor del caos. Es así que la relación sinalagmática entre poder y amenaza invisible se duplica o refleja así misma, omnipresente (endiosada). Slavoj Zizek, La suspensión política de la ética. Al final el coeficiente es una persona que prefiere no participar de los procesos porque se ha creado un miedo más allá al ser catalogado como inferior por los apoderados, sino a ser parte de un llamado fracaso.



Estas meditaciones no van solitarias por estos andares. Surgen mayormente de la noticia de la “pausa” al programa sub-graduado del Departamento de Estudios Hispánicos del Recinto de Río Piedras. Esta información debería revolcarle las tripas (por lo menos) a todo aquel que asegure tener por lo menos dos onzas de dignidad.

El aguijón al corazón fue fuerte porque, a pesar de ser egresado del programa de Mayagüez-fundado por los Profesores Álvarez Nazario y Josefina Rivera-, la sensación de arrebatamiento es genuina. Me han quitado algo, aunque- en puridad- ha sido el resquebrajamiento de la expectativa de alguna muchacha o muchacho que (como yo en el pasado) optaba por ingresar a dicho programa. La mala nueva me remontó a aquel tiempo en que confundido y deseoso llené la bolita para que enviaran los resultados de mis pruebas al Departamento de Hispánicos: Porque quise ser hispanista, porque amo la literatura, porque después de llenar la bolita en la hoja de opciones y tomar la decisión regresé a mi alcoba a terminar de leer Póstumo el transmigrado de Alejandro Tapia y Rivera (dicho sea de paso un excelente regalo de Reyes Magos de aquella última Navidad de Escuela Superior –Sí, tomé la buena costumbre de pedir libros en vez de juguetes-).

Sin embargo, el nuevo ex alumno ha recibido el duro golpe de la tergiversación, el no sentirse a fin con su alma mater. Desgraciadamente, ha aprendido a negarla. Puede haber diferencias de criterio con lo que expreso y ojalá no terminen en otro artículo de “tiraera” en el ciberespacio, pero la realidad es que el discurso de la minusvalía aflora aquí y allá. Se ha construido una UPR ajena, un lugar incómodo, un túnel donde uno entra por un lado y sale por el otro en busca de esa paca de dinero, de ese carro, de esa casa que a todos se le promete. Que es simbología del éxito en la idiosincrasia boricua.

Ante esto, mi experiencia fue un tanto distinta. El gran sufrimiento previo a dejar el Colegio fue mi preocupación desde el momento en que me envicié con la savia del Departamento de Estudios Hispánicos: ¿En dónde iba a conseguir a las Humanidades? ¿Con quién iba a hablar de libros? ¿Dónde vería una obra de teatro? ¿Qué pasaría con las noches de tertulia?

Algunos argumentarán que en el Tapia, que en la Tertulia…PERO NO. Jamás existirá un espacio humanístico como la Universidad. Ese estado, ese sentido de permanencia, eso es lo que el discurso del dominio abunda y conspira a mancillar. O sea, la Universidad es nuestra, no tuya. Entra, coge las clases y vete.

El dominar implica el conquistar, ese ha sido el norte de aquel que impone. Si se quiere, llévese a lo político y observe como un país domina por fuerza, por moneda o por la voz de la ley. Llévese a lo histórico y lea los nombres de los que escriben dicha “historia”. Llévese a lo filosófico y encuentre La voluntad de poder, (sólo como ejemplo y hago mención con los debidos respetos). En fin, instancias en donde lo céntrico, la postura del dominio, abarca el discurso y luego sienta la pauta que los demás (conquistados) deben seguir por tener la potestad de bautizar como exitoso o como fracasado a los de abajo.



Afirma Dussel en Philosophy of Liberation, que aquellos que se mantienen en el centro optan por circunscribirse a esa realidad. Carecen de la visión que garantiza la periferia. O sea, que la capacidad creativa e innovadora proviene de aquellos fuera de la línea conductual del dominio. Ese juego está presente, se reconoce de antaño. Por tanto re-fraseamos: La abrumadora postura del que observa es capaz de traer ese cambio.

A razón de lo esbozado, mi apuesta es a los ex-alumnos. A que busquen en los recodos de la memoria, a negarse a la educación “de pasadita”. A valerse de su posición periférica para adentrarse a lo que es y será su alma mater. A no amedrentarse por el discurso de dominio y no sentirse excluidos de los espacios de fricción comunicativa. Allí puede urgirse el cambio, la transfiguración de las posibilidades.

Sentarse en la banca a ver como los de ahora juegan el partido es contraproducente. Aun es tiempo, aun son de la YUPI. No participar sería en cierta medida ceder a la subyugación invisible de la amenaza.

Si existiera esa subyugación no podría estar escribiendo en este espacio. Las discusiones- las que ya están plasmadas y las que vendrán- generan focos donde el dominio (censura) NO ES EL NORTE. De nada valdría utilizar esos puntos de fricción si los mensajes produjeran ese vacío perturbador que se allega al momento del aburrimiento. Porque para muchos, o para algunos, silenciar es una opción. Para otros, el dominio es la vertiente. Pero, para el resto la claudicación no puede ser un destino. Es hora de encausarnos hacia un pensamiento universitario puertorriqueño, un pensamiento de todos.

lunes, 10 de enero de 2011

Crítica de Libros: Luis Munoz Marín y la palabra trashumante: Biculturalidad, identidad y poesía 1919-1924.


Luis Munoz Marín y la palabra trashumante: Biculturalidad, identidad y poesía 1919-1924.


Giannina Delgado Caro

Isla Negra

265



Luis Muñoz Marín y la palabra trashumante es un texto que abarca un análisis minucioso de los procesos discursivos y artísticos que rodearon a Muñoz Marín durante sus primeros años de formación política. El libro comprende la época entre 1919 y 1924, momentos cruciales que develan cómo Muñoz se empapó de los grandes movimientos poéticos, narrativos y periodísticos que marcaron la década del 1920 en Nueva York.

La obra de Delgado Caro es un espejo en el cual se refleja la discusión de la biculturalidad y las transiciones que tanto a marcado a las comunidades puertorriqueñas de la diáspora. La autora presenta a un Muñoz sumamente poético y meditativo sin separarse de un análisis minucioso de las lecturas hechas por el joven político. Delgado hace un ejercicio de historiografía y de vez en cuando recurre a las transiciones entre el joven poeta y el experimentado político en sus 40. De esta forma la obra de Muñoz es considerada no como una pieza segmentada sino como un todo, un discurso artístico que se transforma de lo poético a lo político.

Luis Muñoz Marín y la palabra trashumante, abunda en los escritos de George Santayana, Robert Frost, Carl Sandburg, la poeta Sara Teasdale y el excelso periodista Henry Louis Mencken. Es sumamente crucial el observar cómo la autora esboza a través de los escritos de Muñoz una teoría sobre la concepción de la identidad puertorriqueña. En puridad, el retrato que hace Delgado presenta al puertorriqueño post invasión estadounidense que reformula sus prácticas y sustituye el pensar hacia una dimensión pragmática e industrial: o sea Muñoz encarna el cambio cultural de principios del siglo XIX y XX.

Delgado difumina muy bien los vaivenes entre poesía, la ensayística y el periodismo. El libro presenta a un Muñoz humanista, un hombre del renacimiento que se revestía de una parsimonia creadora y fértil.

A pesar de que el análisis de la autora se centra mayormente en la poesía de Muñoz, la exposición reflexiona también en las expresiones que otros han hecho del prócer. No obstante, hay que subrayar que la lírica de Muñoz es una poesía social de vanguardia civil. Bien apunta el Prof. Arnaldo Vera al indicar que el carácter del texto abunda en la historia social, encarnando en sus páginas una reflexión inmensa en cuanto a la libertad de expresión. Giannina Delgado Caro ha develado la esencia de “El Vate”. Su libro muestra el rostro de aquel que escribió “yo soy el panfletista de Dios, el agitador de Dios, y voy con la turba de estrellas y hombres hambrientos hacia la gran aurora.”

Luis Muñoz Marín y la palabra trashumante: Biculturalidad, identidad y poesía 1919-1924, es un libro que le encantará a los amantes de la poesía, la historia, la crítica cultural y el periodismo.