La crisis
económica no solo ha alterado los mecanismos de intercambio sino los de
producción y distribución. La literatura no está exenta de esto. Ha sufrido
como cualquier otra gestión humana y también ha visto sus fórmulas desdoblarse
y reinventarse. En el lado más radical se encuentran los nuevos lectores
electrónicos, pero por otra esquina– más tradicional –ha regresado la siempre
querida literatura de bolsillo.
(Foto tomada de Revista Cruce)
A razón de
estas circunstancias la editorial Espejitos de Papel se lanzó a la encomienda
de desarrollar una colección literaria que cumpla con los requisitos económicos
exigidos tanto por los consumidores de literatura contemporánea y las propias
editoriales. Como base, usó tres criterios rectores: El gastar el menos papel
posible, presentar una literatura de bolsillo que no sacrifique la calidad y
establecer un precio accesible para el público local e internacional. De esta
ecuación sale la colección de 19 micro-publicaciones bautizadas La quinta esquina del viento.
Primeramente,
abrimos el paso con la entrega de la Dra. Herminia Alemañy Valdés titulada Lentejuelas, canutillos y chaquiras. En
estos versos la voz reescribe la creación del mundo desde el lente femenino
haciendo un colorido homenaje a las raíces mexicanas, las obreras y las
artesanas. Existe en este librillo una fuerte referencia al universo, las
deidades y los mitos. Alemañy complace con poemas un tanto largos en donde la
mujer reina como eje central dejando entrever que las manualidades y artesanías
que tanto se mencionan son a su vez la confección del poemario mismo.
Con un
breve salto pasamos a Laberintos (Poemas
donde la belleza se arruina hermosamente) del joven mexicano César Augusto
Trujillo Sánchez. Esta colección destila versos que se amarran a lo urbano, con
un toque fuerte de vanguardia y donde predomina el cuestionamiento del yo. Sin
duda, los versos dejan una fuerte impresión existencialista sin machacar
demasiado en lo coloquial. No cabe duda de que Trujillo Sánchez es una de las
voces más originales de la incipiente muestra de poetas de Chiapas.
Por otro
lado Con las peores intenciones es un
surtido del poeta puertorriqueño Edgardo Nieves Mieles. En esta entrega el
autor ofrece parte de su más reciente producción poética caracterizada por su
ironía, humor y creatividad. Los poemas no son largos, pero sí sus títulos,
creando a veces una inversión donde el bautizo de los versos dice más que su
cuerpo. Aquellos que no hayan tenido la oportunidad de leer A quemarropa, tendrán aquí un maravilloso
“sneak peak” que si peca de algo, es de lo rápido con que se le da lectura.
(Retrato de Mister James" de René Magritte)
Por su
parte, en Versiones minimalistas acerca
del poema o el estúpido martirio del escribiente, Rodolfo Girón presenta
una poesía colorida, donde se evoca constantemente el calor y la luz. Sus
versos son libres y flexibles, con un lenguaje que no abusa ni deja espacios
parcos. Constantemente, el vate cuestiona sobre el devenir del amor y sobre la
ausencia a la vez que ofrece algunas piscas de ese difícil arte que trabaja. A
modo de ejemplo, en el poema “qué brisa moldeó”– y hay que subrayar que ninguna
de sus piezas ostenta títulos –pregunta con cierta melancolía: “De qué
hemisferio/ escapó la golondrina de la tinta/ palabrita mía”. Si fuésemos a dar
una palabra capaz de resumir la obra del joven mexicano, tendríamos que
circunscribirnos a “naturaleza” ya que sus versos presentan una soltura hacia
lo terrestre al evocar con frecuencia el viento, las aves, las raíces y hasta
la selva.
En materia
de narrativa la colección ofrece una pieza confeccionada por el binomio Edgardo
Nieves Mieles y José Liboy Erba denominada Las
aventuras del pez gato. En este cuento, de unas 34 páginas, los autores
exploran la mutación de un hombre tanto en forma como en tristeza.
Específicamente, exploran la historia de un hombre/experimento que poco a poco
se transforma en un ser de la ictiología. Las descripciones, el vocabulario y
la forma evitan que el cuento se desprenda totalmente hacia la vertiente de la
ciencia ficción, dejando así un sabor similar al “Concierto de metal para un
recuerdo” de Manuel Ramos Otero. Abunda la narrativa suelta y libre de Liboy
Erba con una clausura llena de detalles y buen vocabulario cortesía de Nieves
Mieles.
Aquellos
que se vean en la encrucijada entre leer o salvaguardar el bolsillo tiene en
esta colección un poderoso aliado. Los libros no pasan de las cinco pulgadas en
carpeta blanda. Sus atractivas portadas y módica propuesta son quizás un
llamado a las demás editoriales isleñas. He aquí 19 pequeños David con honda en
mano, listos para derribar ese enorme gigante de la desidia que tanto nos
impide leer en estos días.
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