Ojos como de hombre
Max Chárriez
Editorial La Tuerca
109 páginas
Max Chárriez apuesta a una novela policiaca entrecruzada con la sicológica. Su más reciente obra, Ojos como de hombre, denota una fuerte pasión por desarrollar la siquis de los personajes a la vez que detalla la importancia de vencer a los monstruos internos.
En esta obra emerge como detective moderno y arriesgado el personaje de Manuel Sánchez Osorio quien está adscrito al Cuerpo de Investigaciones Criminales.
La novela cumple fielmente con algunos elementos de la novela negra, a saber: La muerte de una figura importante, la dificultad de esclarecer un crimen, un detective con una metodología inusual y un pasado que conecta al personaje principal y su investigación.
Ojos como de hombre parte el concepto del héroe enamorado y deja en el tapete a un personaje dolido. Sánchez se debate entre las terapias conyugales con su ex esposa y la realidad de su sexualidad y el objeto del deseo.
Por otro lado, vale recalcar que la trama corre a doble tiempo. Esta novela se devora fácilmente en un lapso de 2 a 4 horas. Su construcción es mayormente lineal en cuanto al esclarecimiento del crimen pero el autor sazona la novela con alguna pizca del pasado de Sánchez.
Por otro lado, la novela explora el crudo tema del abuso sexual infantil, los ritos religiosos y la mezquindad de las figuras representativas de la fe. Cada página muestra a un personaje redondo, que piensa, llora y sufre como cualquier puertorriqueño pero que a la vez resuelve casos con una pequeña llama de sentimiento y tacto humano.
Ojos como de hombre brilla por su excelentísimo uso del lenguaje. A pesar del trastoque al orden de las investigaciones criminales, esta novela da cátedra sobre la cadencia en la narración y el maravilloso ejercicio de la edición por el propio autor.
De forma bárbara, Max Chárriez demuestra la enorme capacidad de un educador del lenguaje, un narrador atento al detalle y un editor meticuloso.
Ojos como de hombre es una novela rápida y calculada. En ella su autor redefine el concepto del héroe a la vez que juega con esa pizca de maldad que germina aledaña al bien. Escenas de sangre, un poco de locura, la inocencia perdida y el miedo a uno mismo son algunos de los temas fuertes de esta obra.
Se la recomiendo a los sicólogos, los amantes de la novela detectivesca y hasta a los cineófilos.
Amigos los espero en la próxima página de Crítica de Libros, les saluda Nelson Vera Santiago.
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