Dos liberianas y una yemení obtienen el Nobel de la Paz
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El Comité Nobel Noruego cumplió con su palabra y anunció este viernes un ganador más consensual que el del año pasado, cuando distinguió al disidente chino Liu Xiaobo, desatando la furia de Pekín.
En esta oportunidad, la distinción corona la militancia no violenta de tres mujeres: la presidenta de Liberia Ellen Johnson Sirleaf (72), que va el 11 de octubre por un nuevo mandato, su compatriota Leymah Gbowee, por sus esfuerzos para poner fin a las guerras civiles de su país, y a la yemení Tawakkul Karman, activista de la denominada primavera árabe.
Las tres galardonadas fueron "recompensadas por su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y de sus derechos a participar en los procesos de paz", sintetizó en Oslo el presidente del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland.
Elle Johnson Sirleaf se convirtió en 2005 en la primera mujer en ocupar el cargo de jefe de Estado en África. Lo hizo en medio de una Liberia diezmada por las guerras civiles que, entre 1989 y 2003, dejaron 250.000 muertos. En el plano internacional, esta mujer que estudió en Harvard se destacó por su desempeño en la ONU y en el Banco Mundial. Su combate contra la corrupción, que le valió el apodo de "Dama de hierro", la llevó a la cárcel en dos oportunidades en los años 1980 bajo el régimen de Samuel Doe.
Su compatriota Leymah Gbowee, con quien comparte el Nobel, es una militante pacifista de unos cuarenta años que contribuyó a poner fin a la violencia, trabajando junto a los niños soldados enrolados bajo las órdenes de Charles Taylor. Gbowee, más conocida como “La Guerrera de la Paz” o “Red”, por su tez clara, exhortó a las mujeres a rezar y a practicar una huelga de sexo para obligar a los hombres a tomar el camino de la paz.
Por último, fue también laureada la yemení Tawakkul Karman. "Tanto antes como durante la primavera árabe" tuvo "un papel preponderante en la lucha a favor de los derechos de las mujeres, de la democracia y de la paz en Yemen", sostuvo Thorbjoern Jagland.
Tras conocer el fallo del jurado, Karman le dedicó la distinción a la “Primavera Árabe”.
Hasta el presente, en 111 años, sólo 12 mujeres habían recibido el Nobel de la Paz. La última distinguida con el Nobel de la Paz había sido la militante ecologista keniata Wangari Maathai, recientemente fallecida.
El sueco Tomas Tranströmer, premio Nobel de Literatura
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Ni Bob Dylan, ni Adonis, tal como anunciaban los pronósticos de última hora, el poeta sueco Tomas Tranströmer ganó este jueves el Premio Nobel de Literatura 2011.
A la hora de justificar su decisión, la Academia Sueca subrayó que el poeta consigue “mediante imágenes densas, límpidas, (…) un nuevo acceso a la realidad’.
"La mayor parte de la colección poética de Tranströmer está impregnada de ahorro, de concreción y de metáforas expresivas", añade la academia.
Según el secretario de la Academia, Peter Englund, al escuchar la noticia Tranströmer se dijo “sorprendido”. "Estaba escuchando música...", mencionó Englund.
A la hora de escribir la obra del poeta, un crítico sueco aseguró que sus obras transmiten que "la existencia de un ser humano no acaba allí donde acaban sus dedos”. Quienes están familiarizados con sus poemas aseguran que en sus páginas abundan las metáforas y las imágenes. Ilustran escenas simples de la vida cotidiana y de la naturaleza.
Para su editor, la poesía de Tranströmer es "un análisis permanente del enigma de la identidad individual frente a la diversidad laberíntica del mundo".
Nacido el 15 de abril de 1931, Tranströmer fue educado por su madre, después de la partida, muy temprana, de su padre. En 1956 se diplomó en psicología y trabajó en el Instituto Psicotécnico de la Universidad de Estocolmo. Cuatro años después empezó a ocuparse de jóvenes delincuentes en un instituto especializado, donde elaboró una poética mientras trabajaba con discapacitados, ex presidiarios y toxicómanos.
Su primera antología de poesía, “17 años”, fue publicada a los 23 años de edad en Bonniers, la editorial sueca que lo acompañaría toda su vida.
Entre los premios recibidos figuran el Bellman (1966) y el Neustadt International Prize (Estados Unidos, 1990).
Su vida dio un fuerte giro en 1990, cuando sufrió un ataque de apoplejía que lo dejó parcialmente paralizado y afásico, lo cual lo obliga a reducir considerablemente su actividad.
Seis años después publica "Góndola fúnebre", de la que se han vendido 30.000 ejemplares, una cifra excepcional tratándose de poesía.
Lo último que se conoce de él es la correspondencia que mantuvo con el poeta estadounidense Robert Bly, que tradujo al inglés buena parte de su obra.
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