lunes, 9 de marzo de 2015

Ja Ja Ja, Ana Lydia en la Universidad



No vale la pena dar mucha vuelta para hablar de algo tan cercano como el V Congreso Internacional de Literatura de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Arecibo. La última vez que vi el relojito que aparece en la página web— la cual pueden acceder a través de http://congresointernacio.wix.com/upra2015 —faltaban 16 días, 8 horas, 45 minutos y 6 segundos. Seamos francos, esto está a la vuelta de la esquina y este año merece mucha atención.


Ahora, si bien he intentado, por todos los medios disponibles, hacerle justicia a las colegas Emma Domenech, Yazmín Pérez y Evelyn Jiménez— y a todo el corrillo que por falta de disco duro en mi cabeza he olvidado mencionar— lo cierto es que nunca podré resumir las toneladas de esfuerzo que estas féminas han derramado en pro de este espacio de discusión cultural. Sin embargo, retiro la brillantez del perseguidor sin ánimo de ofensa y lo redirijo a un aparte del congreso que creo es sustancial: Ana Lydia Vega Está En La Universidad. No cabe duda de ello, la cosa va así, en mayúscula y no es para menos.

La presencia de Ana Lydia— y me asigno la licencia de llamarla por el nombre— en el recinto no es el caso que quiero resaltar, sino el hecho de que esté en "la Universidad", en cualquier recinto, en cualquier esquina, cafetería, en fin, donde ustedes lectores quieran. Es algo palpitante y entusiasta porque Ana Lydia le dio forma a ese pensamiento universitario que satisface lo que llamo "conciencia UPR". Digo estas cosas admitiendo que mis palabras están embadurnadas de mi condición de "fan" pero tampoco niego que parte de la universidad que hoy atesoramos tiene algo de las letras de Ana Lydia corriéndole por las venas.


Este fenómeno se percibe principalmente en su ensayística, la cual al día de hoy sigue siendo materia prima de muchos cursos de Español Básico y sigue impactando el pensamiento de cuanto prepa pasa por nuestras aulas. Por lo dicho no quiero restar méritos a los que gozan de su lectura sin necesariamente pertenecer al sistema UPR. Es innegable que Ana Lydia y el ensayo van más allá de la experiencia universitaria para aquellos que nos hacemos llamar sus lectores.

Confieso que en mi caso hay una mezcolanza, un micro-sancocho por llamarlo de alguna forma. Los ensayos de la antedicha fueron un corpus necesario para comprender el Puerto Rico moderno. Para una generación que no vivió el nacimiento, plenitud y ascensión divina del muñocismo; ni los '60 en la Upi, y, es más, para quienes la primera memoria de un temporal fue Hugo, el discurso de escritoras— así en femenino, porque son muchas— como Ana Lydia ayudaron a moldear el juicio para lo que advendría en los '90 y los años del 2000.

 Es cierto que ya no se cimentan los debates que motivaron la pluma de la riopedrense eternamente santurcina, pero no por eso dejaríamos de preguntarnos por donde comenzó la puerca a encorchar el rabo. Por eso propongo una relectura de Ana Lydia, principalmente de sus ensayos. Es justo y necesario porque somos los hijos y nietos de ese urbanismo que se apoderó de Puerto Rico, del eterno debate del español contra el inglés— con el ring rodeado de alambres de púas—, del ELA que anda cojeando por ahí.

Somos la descendencia de esa Loló que se iba a janguear a San Juan y dejaba a su madre esperando hasta las 2:00 de la madrugada. Por otro lado, muchos de los participamos de la huelga del 2010 tuvimos que desarrollar un enorme juicio valorativo acerca de nuestra universidad tal cual los "flower power" de los '60 lo hicieron en su trifulca. Para colmo, recientemente se ha discutido si eliminamos o no la AMA. En sumatoria, y para los incrédulos, la ensayística de Ana Lydia anda por ahí suelta, pero más importante anda suelta en la universidad.

En base a todo esto, recalco: Entre el 18 al 20 de marzo estaremos allí en la UPR de Arecibo. El convite es grande y estarán también Leopoldo Brizuela, Chus Gutiérrez, Lina  Meruane, Jorge Perugorría y Alejandro Zambra. Sin embargo, hay que estar alegres, abriendo la boca para soltar el Ja Ja Ja porque Ana Lydia está en la Universidad.  

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