lunes, 29 de noviembre de 2010

Sección de Crítica: Transición de Pedro Aponte Vázquez


Transición
Pedro Aponte Vázquez
Publicaciones RENÉ
86 páginas


Transición de Pedro Aponte Velazquez apunta hacia una narrativa histórico-política principalmente enmarcada dentro del discurso de la izquierda nacionalista puertorriqueña. El libro es corto, comprendido por 8 cuentos que ilustran mayormente situaciones del movimiento nacionalista durante las décadas del ’50 y ’60.
Aponte Vázquez usa un lenguaje sobrio, sin mucha palabra rebuscada y con bastantes elementos descriptores. Sus personajes son lineales, siempre apreciados por su tenacidad, valentía y disposición, incluso hasta la muerte, para los deberes patrios. Transición contiene una narrativa que parecería idílica y romántica ante el ojo del lector moderno. Sin embargo, el libro es una rememoración a un pasado cierto y a un sentimiento latente aun en mentes jóvenes de hoy en día.
De entre los relatos se destacan “El Eneúno” en el cual Aponte Vázquez presenta la pugna entre el espionaje realizado por las autoridades dentro del movimiento nacionalista. Un relato más activo es el que inicia el texto titulado “Water” en el cual un bando de nacionalista realiza un ataque a la Fortaleza. Aquí Aponte presenta al gobernador como un cobarde que depende en su mayoría de las instrucciones de Washington y de la ayuda de su asistente Vicente, aludiendo al luego líder político independentista Vicente Géigel Polanco.
Transición culmina con un cuento de corte sicológico titulado “Nacimiento, muerte y más allá” en el cual el autor resalta la historia de un paciente que luego de una cirugía es clasificado demente. Al parecer, esta historia abre la puerta a otro libro de relatos por parte del autor.
A pesar de todo lo anterior, Aponte Vázquez resalta como narrador con el cuento “Rumores de cerro adentro” donde comenta el fenómeno de una explosión de proporciones increíbles en el centro de la Cordillera Central. El autor va atando cabos en lo que aparenta ser un suceso enigmático y profético tanto para las autoridades como para el pueblo puertorriqueño. Al final, levemente aduciendo a Villalba,, el autor confiesa que la explosión es el resultado de la ira acumulada en las entrañas del Cerro Maravilla.
Transición es un libro de lectura pausada, lenta y para, los lectores desprevenidos, un poco tediosa. Sin embargo, el libro enmarca una literatura política con una precisión histórica que trasciende la ficción. Aquellos ajenos a la lucha nacionalista se verán obligados a cuestionarse, a buscar y sobre todo a recordar: esta es la verdadera aportación de Transición a la literatura puertorriqueña.
Se lo recomiendo a los amantes de la Historia puertorriqueña  y a aquellos deseosos de hurgar el pasado nacionalista que incluye a los Cadetes de la República, los Macheteros, Pedro Albizu Campos y el Cerro Maravilla.
Amigos los espero en la próxima página de Crítica de Libros, les saluda Nelson Vera Santiago.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Crítica de Libros: Caparazones de Yolanda Arroyo Pizarro




Caparazones
Yolanda Arroyo Pizarro
158 pages

Caparazones de Yolanda Arroyo Pizarro es una novela coyuntural. En un momento en que las libertades civiles están en el filo de la navaja y en donde el discurso intolerante busca escurrirse con más fuerza en la conciencia colectiva, esta obra ejerce presión hacia un cambio literario.
Arroyo se ha destacado como narradora, su colección Ojos de Luna fue un ejemplo digno de lo que es narrativa contemporánea. No obstante, la autora constantemente se reta a sí misma y al parecer Caparazones es un producto de esa disciplina literaria.
La obra discurre a través de la historia de dos mujeres que se aman y deciden utilizar los mecanismos de la reproducción asistida. Por un lado una Nessa es una periodista por contrato que se dedica a cubrir eventos de protesta en contra de la trata a los animales y la contaminación de sus hábitats. Alexia, por su parte, es una experimentada fotógrafa que vive al ras del momento cubriendo eventos violentos entre recientes grupos de terroristas ambientales.
Curiosamente es el evento del ritual de apareamiento de las tortugas marinas el detonante de una pasión lésbica entre las dos profesionales. Con el pasar del tiempo, Nessa acepta que un óvulo de Alexia fuese inseminado y colocado en su útero. El  personaje entrará en una introspección melancólica al evaluar su cruda realidad: a pesar del amor, el hijo y la sexualidad que comparten, Alexia y ella tienen una vida anónima y oculta. Es inescapable comprender la crisis del personaje al reconocer que Alexia es casada, con hijos y hogar dentro del llamado “feliz matrimonio” que lleva con su esposo.
En el caso de Alexia, la trama la presenta como un ser especial poseedor de un sexto sentido, plagada de visiones e imágenes.
Caparazones es un ejercicio interesante que surge a la par con la reciente colección de poesía Cachaperismos. Esta novela es de lectura rápida y de vocabulario sencillo, quizás sea la contestación a un reclamo de la comunidad de lectoras ansiosas por una novela que abarcara este tema y alimentara la sed de narrativa homo-erótica y sicológica dentro del contexto del lesbianismo.
Arroyo nutre la literatura puertorriqueña dando voz a estas dos personajes y, por otro lado, desarrollando una crítica a la política ambiental de los gobiernos actuales.
Caparazones es sin duda un libro que le encantará al lector emprendedor ansioso de un discurso de izquierda que abogue por la igualdad de los seres humanos más allá de preferencias sexuales.
Amigos los espero en la próxima página de Crítica de Libros, les saluda NEVS.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El muro que guarda el rosal de Francisco R. Velázquez



El muro que guarda el rosal
Francisco R. Velázquez
La secta de los perros
184 páginas

            Francisco R. Velázquez es un narrador, pero no un narrador cualquiera, sino un narrador con voz incisiva y certera. Su novela, El muro que guarda el rosal, es un excelente ejercicio de escritura que elabora en sus páginas la interesante historia de la matriarca policiaca puertorriqueña, Dolores Cardona.
            Velázquez se presenta como un novelista reciente pero de gran experiencia y verbosidad. Sus años como periodista de notas policíacas le han dado una flexibilidad asombrosa. Su oraciones siguen la pauta hemingweiniana, o sea cortas, concisas y de lenguaje natural. A una primera lectura de las ocurrencias de la Cardona se puede pensar que la obra fue escrita de un salto. Es como si Cardona se encerrara y en tres horas te presentara la historia de Puerto Rico en el 1948 lleno de intrigas, espionaje y crímenes.
            El muro que guarda el rosal, presenta el personaje de Dolores Cardona como una mujer adelantada a su época, llena de una tenacidad jamás vista en personaje de su clase en la narrativa. Es audaz, meditativa y sobre todo, una mujer guapa y seductora. Su contraparte, el ex policía Miguel parece un ser diminuto al lado de la presencia de la detective.
            Velázquez sabe construir buenos personajes, les da color y hasta padecimientos singulares. Su técnica es sumamente llamativa, Dolores comienza la novela desde un relato en primera persona, captando así la atención del lector curioso. Con el avance de los acontecimientos y luego de un par de cadáveres, Dolores se presenta en una narración en tercera persona, o sea, adquiere la admiración de los demás personajes de este libro.
            Por otro lado, Velázquez no niega las raíces latinoamericanas de lo real maravilloso e incluso el infrarrealismo antillano. Preponderan en la obra un griego radicado en Ponce que ama el necro-abuso, asesinatos por medios sutiles a través del recto y hasta un revólver calibre .45 que, maldito o bendecido, se dispara sólo en las ocasiones de peligro.
            El muro que guarda el rosal, es de lectura rápida, no obstante, el libro es capaz de una tercera o cuarta visita. Lamentablemente, pudo haberse elaborado más. Velázquez tenía mucha trama para trabajar, pero por alguna razón se limitó dejándonos a veces en la confusión por los giros de la obra. A pesar de esto la novela es exquisita, la construcción de lo femenino es trabajada con elocuencia y la habilidad de redondear párrafo por párrafo la narrativa merece el aplauso.
            Francisco R. Velázquez tiene mucho que darle a la literatura puertorriqueña. Sin embargo, luego del final de esta obra, no se sabe qué pasará con los personajes. Sin duda hay hambre de más textos como este y hay ganas de más dolores. Porque es mucha mujer esta Dolores. Dolores Montijo Cardona.
            En buena hora Francisco, veterano periodista y seguramente excelente narrador.
            Amigos los espero la próxima página de Crítica de Libros, les saluda Nelson E. Vera Santiago.

lunes, 1 de noviembre de 2010

En memoria de Joselito...



Uno mi abrazo a la familia Hernández Cordero ante la pérdida de nuestro querido amigo Joselito (José Hernández Cordero). Un frío recorre mi cuerpo al pensar en esta prematura partida. Esta mañana tomé la iniciativa de dar una nota de pésame a la familia a través de Radio Universidad de Puerto Rico. A dicha nota se unió Manuel Torres, editor de noticias deportivas, dado el hecho de que Joselito era tremendo atleta.

Joselito era un joven emprendedor, alegre y sobre todo, activo. Su sonrisa era distinguible cuando uno lo divisaba a lo lejos.

Joselito se distinguía en el Voleibol por su excelente servicio en flotadora, en el Tenis por su impresionante piquete backhand y en el baloncesto por su hermosa yompa de 3 puntos.

Joselito además practicaba el Racquetball, el Béisbol y comenzaba su despunte en la disciplina del Golf.

Producto de la educación pública, estudiante con méritos de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla y luego en el Recinto de Ciencias Médicas.
Muchos fueron los buenos momentos que compartí con Joselito mientras estudiábamos en la escuela Catalina Morales de Flores en Moca, donde jugábamos en el equipo de Voleibol.

En realidad siento que queda mucho por contestar. Una mano helada me aprieta el corazón. Por ahora:

DESCANSA EN PAZ CHELITO…SIEMPRE TE RECORDAREMOS…SIEMPRE TE TENDREMOS EN EL CORAZON.